Arcos de la Frontera
Cuantas
veces visitando una ciudad o pueblo habremos subido a lo que queda de una
fortaleza, a un castillo, (erguidos en las alturas), eran la
parte mas importante de su sistema defensivo. En España hay tantos, que oteando desde ellos se puede aprender e imaginar miles de historias. Muchos sirvieron de fronteras. La palabra frontera nos lleva de inmediato a pensar en personas y cosas separadas, en al-Ándalus no siempre fue así, batallaron los castellanos y los moros, pero hubo tiempos de pactos y de paz, se
enamoraron y casaron entre ellos y también los judíos, un moro se podía casar
sin que ninguna Mujer ya fuese cristiana o judía tuviera que cambiar de religión.
La primera frontera
de Granada se delimitó mediante el Pacto de Jaén en 1246 entre el rey Alhamar de Granada y el rey Fernando III el Santo de Castilla.
Durante su existencia, estas fronteras tuvieron una gran importancia territorial, política, económica, religiosa y cultural. Fueron durante más de dos siglos el límite europeo entre el cristianismo y el Islam. Un lugar de fuerte intercambio que posibilitó muchas actividades económicas, lícitas e ilícitas, como el comercio con productos orientales, la seda o las incursiones militares, destinadas a alcanzar un botín y el cautiverio de rehenes con los que mantener el negocio esclavista, o simplemente negociar la redención de cautivos. En este aspecto tomaban partido órdenes religiosas, como los trinitarios fundada por San Juan de Mata en 1188 y la de los mercedarios, por San Pedro Nolasco en 1218.
La Fortaleza de la Mota
La frontera de Alcalá la Real fue un enclave de importancia estratégica en las cordilleras Subbéticas, un paso de montaña que pone en contacto los valles del Genil y Guadarquivir.
Las características de este espacio hicieron que los reyes otorgaran a las localidades fronterizas gran cantidad de fueros y privilegios con el fin de hacer más atractiva la vida en aquellos lugares, pues incluso en tiempos de paz y tregua el riesgo a ser apresado o morir en el curso de las frecuentes correrías granadinas era permanente.
Torre de la muralla de Jerez de la Frontera
Murallas de la fortaleza de Ceuta
Las personas que vivían en las poblaciones fronterizas tenían un aislamiento respecto a las del resto de los territorios, por la posición que ocupaban frente al enemigo, gran parte de ellos eran militares, lo que explica la preocupación de los concejos por contar con aquellos hombres que tenían capacidad económica suficiente para mantener caballo y armas, además de los peones quienes formaban la gran mayoría de la hueste, también, los buscavidas que llegaban atraídos por la idea de conseguir botín al otro lado de la frontera, e incluso aquellos condenados por delitos de sangre que podían redimir el castigo sirviendo en fortalezas.
Durante su existencia, estas fronteras tuvieron una gran importancia territorial, política, económica, religiosa y cultural. Fueron durante más de dos siglos el límite europeo entre el cristianismo y el Islam. Un lugar de fuerte intercambio que posibilitó muchas actividades económicas, lícitas e ilícitas, como el comercio con productos orientales, la seda o las incursiones militares, destinadas a alcanzar un botín y el cautiverio de rehenes con los que mantener el negocio esclavista, o simplemente negociar la redención de cautivos. En este aspecto tomaban partido órdenes religiosas, como los trinitarios fundada por San Juan de Mata en 1188 y la de los mercedarios, por San Pedro Nolasco en 1218.
La Fortaleza de la Mota
La frontera de Alcalá la Real fue un enclave de importancia estratégica en las cordilleras Subbéticas, un paso de montaña que pone en contacto los valles del Genil y Guadarquivir.
Las características de este espacio hicieron que los reyes otorgaran a las localidades fronterizas gran cantidad de fueros y privilegios con el fin de hacer más atractiva la vida en aquellos lugares, pues incluso en tiempos de paz y tregua el riesgo a ser apresado o morir en el curso de las frecuentes correrías granadinas era permanente.
Torre de la muralla de Jerez de la Frontera
Por algunas fuentes de la época se deduce que el numero de
prisioneros era grande en uno y otro lado, se dice que 1439 se estableció una
tregua entre Castilla y Granada y el soberano nazarí libero a 550 cautivos, 30
designados por el rey de Castilla, y el resto según conveniencia de ambos.
Por otro lado las crónicas del condestable Iranzo nos
refiere las escaramuzas de los cristianos en tierras de Granada para apresar moros
para intercambiar por cautivos cristianos.
Murallas de la fortaleza de Ceuta
Las personas que vivían en las poblaciones fronterizas tenían un aislamiento respecto a las del resto de los territorios, por la posición que ocupaban frente al enemigo, gran parte de ellos eran militares, lo que explica la preocupación de los concejos por contar con aquellos hombres que tenían capacidad económica suficiente para mantener caballo y armas, además de los peones quienes formaban la gran mayoría de la hueste, también, los buscavidas que llegaban atraídos por la idea de conseguir botín al otro lado de la frontera, e incluso aquellos condenados por delitos de sangre que podían redimir el castigo sirviendo en fortalezas.
El mayor cargo militar era el de Adelantado Mayor de la Frontera. La actividad económica dominante era la
ganadería, el ganado, sobre todo el ovino y el caprino, se podían transportar y guardar en caso de ataque moro tras los muros de fortalezas y ciudades.
La finalización de la Reconquista y la recuperación del territorio que constituía el Reino visigodo de Toledo, lo consigue durante su reinado el rey Fernando III el Santo de Castilla, que conquista todo el valle del Guadalquivir, el Reino de Jaén, el Reino de Córdoba, el Reino de Sevilla y Extremadura. Al finalizar el reinado de Fernando III el Santo, únicamente poseían en la Andalucía el Reino de Niebla, Tejada y el Reino de Granada.
Zahara de la Sierra
La frontera se modificó durante los reinados de Sancho IV, Fernando IV y Alfonso XI. Sin embargo, a la muerte de este último en 1350, la frontera de Granada encontró ciertos cauces de estabilización y fijación geográfica, que perduraron en líneas generales hasta el inicio de la Guerra de Granada a fines del siglo XV.
La organización del Reino de Granada después de su conquista conservó su aspecto fiscal, pues se mantuvo la aduana del diezmo y medio diezmo en la antigua frontera con Andalucía y con Murcia, al menos para la saca de la seda granadina.
Castillo de Salobreña
Existen numerosos topónimos que hacen alusión a la frontera de Granada con la Andalucía del Guadalquivir, y que se corresponden con localidades que estaban enclavadas en el lado castellano de dicha frontera. En la provincia de Cádiz los municipios de Arcos de la Frontera, Castellar de la Frontera, Chiclana de la Frontera, Conil de la Frontera, Jerez de la Frontera, Jimena de la Frontera y Vejer de la Frontera; en la provincia de Málaga, Cortes de la Frontera; en la provincia de Córdoba, Aguilar de la Frontera y en la provincia de Sevilla, Morón de la Frontera.
La finalización de la Reconquista y la recuperación del territorio que constituía el Reino visigodo de Toledo, lo consigue durante su reinado el rey Fernando III el Santo de Castilla, que conquista todo el valle del Guadalquivir, el Reino de Jaén, el Reino de Córdoba, el Reino de Sevilla y Extremadura. Al finalizar el reinado de Fernando III el Santo, únicamente poseían en la Andalucía el Reino de Niebla, Tejada y el Reino de Granada.
Zahara de la Sierra
La frontera se modificó durante los reinados de Sancho IV, Fernando IV y Alfonso XI. Sin embargo, a la muerte de este último en 1350, la frontera de Granada encontró ciertos cauces de estabilización y fijación geográfica, que perduraron en líneas generales hasta el inicio de la Guerra de Granada a fines del siglo XV.
La organización del Reino de Granada después de su conquista conservó su aspecto fiscal, pues se mantuvo la aduana del diezmo y medio diezmo en la antigua frontera con Andalucía y con Murcia, al menos para la saca de la seda granadina.
Castillo de Salobreña
Existen numerosos topónimos que hacen alusión a la frontera de Granada con la Andalucía del Guadalquivir, y que se corresponden con localidades que estaban enclavadas en el lado castellano de dicha frontera. En la provincia de Cádiz los municipios de Arcos de la Frontera, Castellar de la Frontera, Chiclana de la Frontera, Conil de la Frontera, Jerez de la Frontera, Jimena de la Frontera y Vejer de la Frontera; en la provincia de Málaga, Cortes de la Frontera; en la provincia de Córdoba, Aguilar de la Frontera y en la provincia de Sevilla, Morón de la Frontera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario