Granada representó mucho para los Reyes Católicos. Aquí se realiza el ultimo paso, el decisivo, tan ansiado por ellos, la unificación de España. Cuando comienza el reinado de Fernando e Isabel, la Península Ibérica está dividida en cinco reinos independientes: Castilla, Aragón, Navarra, Portugal y Granada. En los dos primeros estaban comprendidos numerosos reinos antiguos como León, Murcia, Jaén, Córdoba, Sevilla y Valencia, también hay otros territorios de fuerte personalidad histórica como los Principados de Asturias y Cataluña.
A su muerte están unidos todos ellos. En este proceso la integración de Granada fue la empresa más costosa y deseada, fue el final de la larga historia medieval española dirigida hacia la recuperación de la unidad territorial. En Granada está el último capítulo de una empresa secular y en Granada está también el primer capítulo de otra gran empresa la expansión atlántica, que define el dinamismo del reinado, sin olvidar los movimientos hacia Italia, los Países Bajos, Inglaterra y hacia Portugal. Se constituye así en el centro del reinado en sus aspectos más significativos y valiosos, aquellos que cambiaron la historia española y universal.
Retablo mayor de la Capilla Real de Granada de Felipe Vigarny, en el que también pudieron intervenir Alonso de Berruguete y Jacobo Frorentino.
RETABLOS ARMARIOS RELICARIOS obra de Alonso de Mena (1587-1646) |
En el retablo de la izquierda, la Inmaculada Concepción, San
Juan Bautista, San Pedro y San Pablo. Abajo, sobre puertas practicables, los retratos en relieve de los monarcas: Fernando e Isabel, Felipe y Juana.
RETABLOS ARMARIOS RELICARIOS obra de Alonso de Mena (1587-1646) |
En el retablo relicario del lado derecho del crucero sobre las grandes puertas, en cuatro espacios rectangulares aparecen en relieve. San Miguel y Santiago, San José itinerante y, posiblemente, San Felipe, patrón del monarca reinante. En la parte de abajo Carlos e Isabel, Felipe IV e Isabel de Borbón.
En los centros de ambos retablos y sobre la unión de los cerramientos de sus dos puertas principales, dos grandes escudos de España que, junto al yugo y las flechas, subrayan el rango real del conjunto.
En Granada muere la Edad Media y nace la modernidad, en la renovación del arte con el renacimiento, cambian las formas de gobernar y las nuevas instituciones que sirven para ello. Entre éstas hay tres, que se ensayan en Granada y serán los instrumentos de gobierno en la inmensidad de los territorios ultramarinos: la Real Chancillería, la Capitanía General y el Patronato regio, sobre una Iglesia que se enfrenta a algo olvidado en la España anterior, la labor misionera.
La reja central es una de las más bellas del XVI español. Su autor, el maestro Bartolomé la concibió a modo de retablo, como ellos, en pisos y calles. Consta de tres pisos más el ático en sentido horizontal; cinco calles —la central de doble anchura— en sentido vertical separadas por pilares. En el conjunto se equilibran gótico y plateresco. Desde abajo y hacia arriba.
En la calle central el segundo piso destaca, por su
expresividad y simbolismo, el escudo de los Reyes Católicos. Ritmos circulares,
conjunción de dorados y policromías, para dirigir nuestra atención hacia las
tumbas reales. Se complementa la decoración escultórica de este cuerpo con seis
apóstoles, que se repiten en el tercer piso a menor tamaño.
Entre este piso y el siguiente otro bello friso de grutescos dorados donde
predominan los ritmos en forma de ese.
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