FACULTAD DE MEDICINA DE GRANADA
También exhibe todas las orlas desde aquella fecha y recoge un registro de cada uno de los cerca de mil profesores y casi 3.000 miembros del personal de administración y servicios.
FUNDAMENTADA SOBRE SÓLIDA PIEDRA LA VIEJA ESCUELA RELUCE AHORA CON UN NUEVO ASPECTO 1944
La
facultad de Medicina de Granada ya tiene cerrada sus aulas, se traslado hace unos
días al Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud.
En los años cuarenta del siglo pasado, fue la primera facultad de la Universidad en abandonar el centro urbano de Granada para trasladarse a lo que hoy se llama plaza Altillo de las Eras, que bordeando el barrio de San Lázaro, tenia una considerable extensión de terreno que eran parte para el Hospital Clínico, anejo a la facultad, entre la Avenida de Madrid, Carretera de Jaén, Avenida del Doctor Olóriz y calle del Doctor Guirao Gea.
Por allí no había mucho edificado, a excepción del barrio de San
Lázaro, o barrio de los cebolleros o de los ajos, por ocuparlo un buen número
de huertanos que enristraban ajos y cebollas para su venta callejera.
Eran los tiempos en que los cabreros, llevaban sus piaras por las calles para vender su leche. Unos italianos, la familia Orlando Mattei, tenían una pequeña fábrica de figuritas de yeso, marmolina y escayola. Habia un garaje, el Triunfo, y las Bodegas Espinosa, con su local dividido en dos partes: una para hombres solos y otra para hombres acompañados de mujeres. En la acera de enfrente de la nueva Facultad la fábrica de tejidos de Ramón
Espelt Salas. Un almacén para maquinaria de Obras Públicas, un taller de carros y poco más. Sin olvidar los almacenes de Torres López, con la fábrica de la Cruz Blanca, donde había una explanada en la que los muchachos jugaban al fútbol. (Ideal de Granada)
Los terrenos
eran propiedad de Manuel López Sáez, un acaudalado empresario que los vendió al claustro a “1.000 pesetas el marjal”. Un marjal Equivale a 528,42 m².
El
decano Miguel Guirao Gea, y los nuevos alumnos llegaron a la nueva Facultad de
Medicina todavía sin terminar y en obras el Hospital Clínico, corría el año
1944, una placa en un pasillo de la ya “vieja” escuela recuerda la obstinación
del profesor que ante las intenciones de Queipo de Llano de establecer en las flamantes
instalaciones la sede de la Capitanía General, arengó a los estudiantes y ocupó
la que hasta hace unos días ha sido la casa de generaciones de médicos
granadinos.
Un Hospital Clinico y una nueva Facultad de Medicina urgía para Granada, el granadino Natalio Rivas, ministro de Instrucción Pública, y el decano Amor y Rico defendieron esta idea, desarrollada en los años sucesivos por los rectores del centro hasta que en 1928, bajo la dirección de Fermín Garrido, uno de los médicos más queridos de Granada, se aprobó la construcción de la nueva Facultad de Medicina.
La guerra había sorprendido el proyecto de los arquitectos Sebastián Vilata y Vicente Botella, con las obras prácticamente terminadas, las necesidades del conflicto convirtieron la Facultad y el Hospital, en cuartel de tropas diversas, hospital de sangre, pabellones de refugiados, alojamiento de soldados moros y otros muchos usos que destrozaron en parte lo ya terminado. A partir de 1942 empezaron los trabajos de limpieza y reconstrucción, empleándose, entre otros materiales, seis mil metros cuadrados de mármol y otros tantos de azulejos. El importe de las obras fue de 35 millones de pesetas de los del año 1944.
La nueva facultad tenía tres alturas, dos escaleras imperiales y dependencias oficiales como el Aula Magna, las salas de profesores y de juntas, decanato, secretaría, oficinas, archivo, bibliotecas y museo anatómico.
La inauguró José Ibáñez Martín, ministro de Educación Nacional el 4 de junio de 1944, en plenas fiestas del Corpus, el mismo día que Manolete dio una vuelta al ruedo en la vecina plaza de toros.
Sus bonitos jardines
Cerrada ya sus puertas como facultad de medicina, descansa silenciosa, se evaporo como por arte de magia el alboroto y la alegría en sus aulas, el jolgorio en la cafetería, ya cerrada, el barullo en sus pasillos y los jovenes con sus batas blancas.
Clase del profesor Don Miguel C Botella jefe
del departamento de Medicina Legal, Toxicología y Antropología Física de la
Facultad de Medicina.
Sus aulas ya vacías
La antigua facultad de Medicina de Granada seguirá en la evocación de cuantos pasaron por ella en sus más de setenta años.
En la fotografía D. Miguel y Mariano Sánchez su colaborador y amigo. (1997)
La antigua facultad de Medicina de Granada seguirá en la evocación de cuantos pasaron por ella en sus más de setenta años.
En nuestro recuerdo permanecerá siempre Don MIGUEL GUIRAO PÉREZ que tras su jubilación fue encargado de
poner en marcha el Aula Permanente de Formación Abierta en (1995) creada por nuestra
Universidad con la colaboración de la Consejería de Asuntos Sociales, con
programas para personas mayores, pionera en nuestra región y en cabeza en
España.
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