La Alhambra desde El Generalife

La Alhambra desde El Generalife
La Alhambra desde El Generalife

20200202

CATEDRAL DE GRANADA INTERIOR



En una rápida mirada, desde abajo hacia arriba, el interior de la capilla mayor comienza arquitectónicamente con siete pasajes o pasillos de comunicación que la unen con el deambulatorio de la girola; los dos más próximos al arco toral se ensanchan más que los cinco restantes de la rotonda. 
Sobre los arcos de los pasillos, huecos adintelados destinados por Carlos I para los féretros reales rematados por un primer entablamento con relieves continuación del de las naves. Seguimos levantando nuestra mirada y vemos los siete cuadros de Alonso Cano sobre la vida de la Virgen; sobre ellos, catorce vidrieras. Encima, un segundo entablamento igualmente con relieves y, rematando la cabecera, la cúpula baída apoyada en diez fuertes aristones con otros más débiles en los huecos; dando transparencia y luminosidad otras diez vidrieras.


Pinturas: La vida de María (Alonso Cano)

En la Capillla Mayor los siete lienzos monumentales canescos, realizados desde 1652 a 1664, narran la vida de María: Inmaculada Concepción Nacimiento de María Presentación de María Encarnación del Hijo de Dios Visita de María a Isabel Purificación de María y presentación de Jesús Asunción de María al cielo.

Sus medidas varían entre 4,41 y 4,55 m de altura y de anchura entre 2,25 y 2,68 m. y están colocados a unos 25 metros del suelo, es una de las obras más grandiosas de todo el barroco europeo. 



La capilla está decorada con vidrieras pintadas por Dirk Vellert (Teodoro de Holanda) y Juan del Campo (1558-1561). En ella destacan las esculturas orantes de los Reyes Católicos debidas a Pedro de Mena y los bustos de Adan y Eva realizados por Alonso Cano, también el Apostolado de Bernabé de Gaviria y las pinturas realizadas por Pedro Atanasio Bocanegra y Juan de Sevilla.


Desde la colocación de la primera piedra del templo catedralicio, hasta su terminación se suceden, tras el inicial estilo «a lo romano», distintos gustos y tendencias artísticas: renacimiento, plateresco, barroco y neoclásico.



La Catedral tiene cinco naves de distinta altura: la central (34,5 m), dos intermedias y dos laterales (las cuatro de la misma altura: 26,5m); las laterales dan acceso al deambulatorio de la rotonda. Hasta el crucero las cinco naves forman una figura tendente al cuadrado. En ambos muros laterales se distribuyen varias capillas y retablos.



En el muro norte, comenzando desde el pie de la Catedral, se suceden el museo, la capilla de la Virgen del Pilar, la puerta actualmente cegada de san Jerónimo, —en su espacio interior, primero sacristía de beneficiados y, ahora, recinto donde se exponen algunas tallas y cuadros—, las capillas de Nuestra Señora del Carmen y de Nuestra Señora de las Angustias y la puerta del Perdón. 
En el muro sur, e igualmente desde el pie de la Catedral, la puerta de acceso a la antigua Contaduría, la capilla de san Miguel Arcángel, la puerta de acceso al templo parroquial del Sagrario, la capilla de la santísima Trinidad, el altar-retablo de Jesús Nazareno y la portada gótica de acceso a la Capilla Real.


Esta bella rotonda con su deambulatorio subsidiario y sus capillas radiales es uno de los santuarios renacentistas más extraordinarios de Europa y una de las creaciones espaciales más importantes de este periodo. La nave cruciforme y la cabecera en forma de rotonda, con 22,5 m de diámetro rodeada por un amplio deambulatorio son los rasgos que distinguen la Catedral granadina de la tradición europea.


Galerías y pasillos. Sobre la bóveda y tras los balconcillos dos de las series de los padres y doctores de la iglesia san Juan Crisostomo y san Basilio Magno. Sobre la columna derecha el apóstol santo Tomas. Sobre la izquierda san Simón apóstol, junto a esta columna y de arriba abajo, tres santos fundadores: Domingo de Guzmán, Ignacio de Loyola y Juan de Dios.


El centro de todo templo cristiano es su altar mayor, lugar de la celebración eucarística.
Siloe traza un altar mayor sin retablo ni relicarios ni rejas, sin ninguna de las acostumbradas imágenes o relatos de misterios de la vida de Jesucristo, de María o de los santos. 
En el programa arquitectónico de Siloe en la capilla mayor hay dos aspectos importantes: el altar, centro en la rotonda abierta, y la colocación circular de los fieles alrededor del mismo. Hasta este momento la disposición hispánica de los templos era básicamente longitudinal. Esta visibilidad y centralidad de la mesa del sacrificio era, obviamente, propósito fundamental del original diseño siloesco arquitectónico e iconográfico. 


La capilla mayor está comunicada con la nave central a través de su espléndido arco toral, obra maestra de Diego de Siloé. Su excepcional arquitectura queda complementada por su breve programa iconográfico que remite a los orígenes de la humanidad (Adán y Eva) y a los principios de la Iglesia en España (apóstol Santiago) y en Granada (san Cecilio).


Sólo cuatro elementos iconográficos ornamentan el arco toral: Adán y Eva, nuestros primeros padres y dos patrones, el de España, Santiago apóstol y el de Granada san Cecilio, su primer obispo. Sobre las jambas del arco toral, los bustos de Adán y Eva , colocados sobre los siloescos tondos circulares adornados con grutescos. Son la última obra escultórica de Alonso Cano (1601-1667) y fueron policromados, después de su muerte, por Juan Vélez de Ulloa (1676), pintor y estofador granadino. En el ático en el que descansa el arco toral dos cuadros del granadino José Risueño, Santiago, patrón de España y San Cecilio, patrón de Granada.


Portada gótica de acceso a la Capilla Real



En la Catedral granadina hay tres portadas interiores dignas de mención por su valor artístico; portada gótica de acceso a la Capilla Real —del lado de la epístola (muro sur) y entre los altares-retablo del «Triunfo de Santiago» y de Jesús Nazareno— que da al crucero principal o mayor frente al cancel de la puerta del perdón; la portada renacentista de la sacristía —del mismo lado de la anterior y a continuación del altar-retablo del «Triunfo de Santiago»— y la portada renacentista del museo catedralicio, del lado del evangelio (muro norte) a los pies de la Catedral, haciendo esquina con el hastial de poniente.

Adoración de los reyes magos
En ambas pilastras grandes candeleros y, sobre la cornisa, el encasamiento circular con el bello relieve de María acariciando a su Hijo. 
A ambos lados las estatuas de san Pedro y san PabloEsta portada es de principios de los años treinta del siglo XVI una obra de gran calidad. 


Portada renacentista de la sacristía


Esta puerta de dos hojas es un rico ejemplo de las labores de carpintería renacentista. Posiblemente colaboraron en esta excelente obra siloesca dos de sus discípulos: Miguel de Espinosa (1531) y Baltasar de Arce (1558). En acta capitular acuerda el cabildo encargar la ejecución de la puerta, dándole al maestro Siloe amplia libertad para su diseño y ornamentación.



Tondo central: María con Jesús niño
Destaca en el tondo central el altorrelieve de María con el Niño. La Virgen, que sostiene con su mano izquierda un libro abierto, está sentada, el Niño se mantiene de pie. Madre e hijo se abrazan. 
Las otras dos esculturas en piedra son la pareja de apóstoles: San Pedro y San Pablo en figuras completas y como remates superiores a ambos lados del tondo central; tema apostólico presente, igualmente, en la puerta central de acceso al templo, en las estatuas doradas de la capilla mayor y en las pinturas en la portada de acceso a la parroquia del Sagrario.


Portada renacentista del museo catedralicio


Su trazado fue realizado por Juan de Maeda (siglo XVI) padre de Asensio de Maeda, arquitecto de la segunda mitad del siglo XVI y discípulo predilecto de Diego de Siloe a quien sucedió en la maestría del templo catedralicio desde 1563 a 1576. Toda la portada está realizada con el mismo tipo de piedra del resto de la Catedral.

La virtud teologal de la fe (derecha) y la virtud cardinal de la justicia (izquierda) están representadas por elegantes figuras femeninas. La gran cartela central está sostenida por dos bellos adolescentes desnudos —sobre delfines de ajustada simetría— que apoyan uno de sus pies sobre el arco. Dos mascarones marcan el eje vertical de la cartela que arranca de la frondosa hoja de acanto de la clave del arco. A la derecha acceso interior a la torre de las campanas.



Un espacio litúrgico importante en las catedrales y en los monasterios es el coro como recinto físico que acoge a un conjunto de personas reunidas para el canto o rezo de la misa y de las horas canónicas. Estas celebraciones disponen de un mobilliario litúrgico propio: el facistol y la sillería coral presidida por la cátedra episcopal. 
Los Órganos de la Catedral se fueron construyendo a partir del siglo XVI, luego por el deterioro del uso y los cambios musicales dieron pie a los monumentales actuales que son del siglo XVIII de hermosísima sonoridad.










A lo largo de la historia el coro de la Catedral de Granada ha ocupado diversos lugares dentro del templo. En la actualidad tras su anteriores localizaciones, el coro está dispuesto en la capilla mayor.
 Anteriormente ocupó el centro de la nave principal entre los dos órganos y cerrado en su parte posterior por el altar-retablo del trascoro dedicado a Nuestra Señora de las Angustias hoy en la capilla homónima del lado norte. El coro fue eliminado en la década de los años 20 por orden del entonces arzobispo de Granada, el cardenal Vicente Casanova y Marzol, para tener una mejor visión del Altar Mayor.


El coro foto coloreada tomada a principios del siglo XX.


Cripta funeraria

Situada bajo este coro primitivo esta la Cripta funeraria, su construcción fue aprobada por el cabildo en 1656 y terminada tres años después 1659.
Es una estancia muy austera, cubierta por una bóveda de medio cañón rebajada, situada bajo el coro primitivo, a ambos lados sencillos nichos, en uno de ellos yace la granadina Mariana Pineda 1804-1831)


Las bóvedas de estilo gótico cubren el cuerpo basilical y los dos primeros tramos de entrada
 en la girola desde las naves más próximas a los muros; laterales; en total son 32 trazadas de 
acuerdo a ocho modelos distintos. En razón de su forma geométrica hay dos tipos de bóvedas:
rectangulares y cuadradas. 
Las bóvedas del cuerpo basilical comienzan a construirse a principios del siglo XVII. 
En 1614 el cabildo  encarga a Ambrosio de Vico (maestro mayor titular desde 1588) continuar 
el crucero principal y hacer la primera bóveda de piedra del cuerpo basilical; como testimonio
queda una cartela en la parte superior del muro donde está la portada de la Capilla real.
En las construcciones de las bóvedas restantes intervendrán, entre otros, Miguel Guerrero
(1636-1649), Teodoro Árdemans (1688-1690) Melchor de Aguirre (1688-1697),
Francisco del Castillo (1698-1702) todos ellos maestros mayores.







También se labraron a finales del siglo XVI y a principios del XVII diversos retablos para adornar las 13 capillas de la girola, el primitivo de Nuestra Señora de la Antigua, con la imagen que fue donada por los Reyes Católicos a esta catedral como símbolo fundacional. (Sustituido en el siglo XVIII por otro realizado por Duque Cornejo) luego el de Santa Lucía, el del Señor de la Columna y el de Santa Teresa, los tres últimos realizados por Gaspar Guerrero de 1615 a 1624.
Y en años sucesivos, las Capillas de la Virgen del Pilar, la de Nuestra Señora del Carmen, de Nuestra Señora de las Angustias, del Cristo de las Penas, de San Blas, de San Cecilio, de San Sebastián, de Santa Ana, de la Santísima Trinidad y la Capilla de San Miguel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario