CAPILLA REAL (Los reyes eligieron Granada para su panteón)

La elección de Granada como lugar de enterramiento de los Reyes Católicos nos da una idea de la importancia del papel previsto para la ciudad en la configuración del nuevo reino. Sobre todo si consideramos que también el emperador Carlos V eligió la ciudad para construir el panteón real de la monarquía española y que otros importantes personajes como el Gran Capitán optaron por Granada para descansar eternamente. 

Los Reyes Dª Isabel y D. Fernando decidieron el 13 de septiembre de 1504 que sus restos fuesen acogidos en Granada y para ello crearon por Real Cédula la Capilla Real. Este nuevo lugar de enterramiento real que supone construir, decorar y amueblar un edificio, crear una institución con personas, dotarlo económicamente con las garantías jurídicas suficientes para su permanencia y vida. Todo esto es la Capilla Real de Granada, dedicada a los Santos Juanes, el Bautista y el Evangelista.

Al terminarse en 2016 la restauración de la fachada de la Capilla Real, ha dejado a la luz una decena de los llamados vítores, una suerte de inscripciones realizadas sobre la piedra cuyo origen no están del todo claros en el caso de Granada. De hecho, hasta la fecha, no están datados científicamente, y se desconoce a qué etapa de la historia corresponden y por qué motivo fueron trazados. Es, precisamente, uno de los siguientes propósitos del grupo de especialistas que ha llevado a cabo la restauración de los paramentos exteriores, investigar su raíz y la época a la que corresponden, según avanza, el estudio de Pedro Salmerón.

Lo cierto es que en el año 1504 se comienza a diseñar la Capilla Real, un espacio que, como otros del siglo XVI en la ciudad, se convierte, por su impacto visual y simbólico, en un emblema de la política de la monarquía hacia Granada que curiosamente se construye en gótico cuando ya hacía tiempo que, en Castilla se había usado el renacimiento con notable éxito, incluso por los mismos reyes.

Desde el punto de vista decorativo, la Capilla es una muestra del arte ojival florido desarrollado en Castilla durante el periodo isabelino en el que, sobre la vigencia de normas góticas, asoman los primeros signos renacentistas. El exterior presenta una fachada, con portada plateresca labrada por Juan García de Pradas, adosada a la catedral. La fachada gótica primitiva quedó dentro de la catedral, cuya decoración se basaba en los escudos de los Reyes Católicos. 

La Capilla Real alberga los restos mortales de Isabel I de Castilla y de Fernando V de Aragón, los Reyes Católicos. Los de su hija Juana I y de su esposo Felipe I ( el Hermoso). Están también aquí los restos del pequeño Príncipe Miguel de la Paz (1498 - 1500), que durante corto tiempo fue heredero de Castilla, Aragón y Portugal. Hijo de Don Manuel de Portugal (el Afortunado) y de Isabel, hija mayor de los Reyes Católicos.

Es bien sabido que Felipe II, sus razones tendría, nos libró de la dudosa suerte de convertir Granada en un cementerio ilustre, construyendo su propio panteón en El Escorial y alejando la Corte de una ciudad que no acababa de entender.

El monumento funerario de los Reyes Católicos es obra del italiano Domenico Fancelli, quien lo construyó en Génova con mármol de Carrara, mientras que los de Juana la Loca y Felipe el Hermoso son de Bartolomé Ordóñez. El rey va vestido con una armadura, sujetando una espada con su mano derecha. Lleva la corona y en su pecho reposa un medallón que cuelga de una cadena al cuello con la imagen de San Jorge, patrono de la Corona de Aragón. La reina, también coronada, tiene las manos cruzadas y apoyadas en el vientre. Luce un collar con medallón que representa a Santiago, protector de Castilla. Estos dos santos patronos, San Jorge y Santiago se repiten en los medallones de los lados menores del sepulcro.

A  los pies dos leones como símbolos de realeza y poder y una cartela  con caracteres latinos, sostenida por angelotes en la que puede leerse un gran elogio hacia los monarcas, basado en sus acciones bélicas.

Tras el fallecimiento de la Reina el 26 de noviembre de 1504, se procedió a su traslado desde Medina del Campo (Valladolid) a Granada, siendo depositado su cuerpo provisionalmente, tal como estaba previsto en su testamento, en el Convento de San Francisco de la Alhambra.

"E quiero y mando que mi cuerpo sea sepultado en el Monasterio de Sant Francisco que es en la Alhambra en la Ciudad de Granada... en una sepultura baxa que no tenga bulto alguno, salvo una losa en el suelo..."

  

 Capilla del Monasterio de San Francisco en la Alhambra.

                               
Cuando el 23 de enero de 1516 fallece el Rey Fernando en Madrigalejo (Cáceres), aún no estaba concluida la Capilla Real y sus restos fueron también llevados al convento franciscano. El traslado de los cuerpos de los monarcas a la cripta de la Capilla Real se hizo con toda solemnidad el 10 de noviembre de 1521 a instancias del Emperador Carlos I. 

En la Capilla Real estubieron los restos de la esposa de Carlos I, la Emperatriz Isabel y de sus hijos los Infantes Fernando y Juan y de la Princesa María, primera esposa de Felipe II. Los cuatro fueron trasladados a El Escorial por orden del Rey Felipe II en 1574.