La Alhambra desde El Generalife

La Alhambra desde El Generalife
La Alhambra desde El Generalife

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Palacio del Partal o del Pórtico



Este bellísimo sector del Conjunto Monumental de la Alhambra es fruto de su natural desarrollo, a raíz de una acertada planificación paisajista y arquitectónica, iniciada en la década de los años treinta del siglo pasado, cuando se fueron completando una serie de adquisiciones y expropiaciones de pequeñas propiedades particulares existentes en esta zona, propiciando la realización de sucesivas exploraciones arqueológicas.
El Palacio del Partal esta situado, como es tradicional en estos edificios, volando la muralla del recinto, (también en su disposición recuerda al Palacio de Comares), con una gran alberca central presidida por el pórtico, aquí de cinco arcos, tras el que se desarrolla la estancia principal en el interior de una torre conocida con el nombre de las Damas.


El Palacio es probablemente de principios del siglo XIV. Su tipología decorativa ha atribuido su construcción a la época del sultán Muhammad III (1302-1309) lo que lo presupone como el palacio -al menos parcialmente en pie- más antiguo de la Alhambra.
De los antiguos palacios que existían en esta zona, solo ha llegado a nosotros, parcialmente, el Palacio del Pórtico. 


Por encima de la Torre sobresale un bello y reducido mirador, muy característico de la arquitectura nazarí, presente en otros palacios, al que denominaron modernamente por sus extraordinarias vistas, el observatorio. Un espectacular mirador desde el que se puede contemplar tanto el Albaicín como el Generalife.
La construcción no se incorporó al conjunto de la Alhambra hasta el 12 de marzo de 1891, tras ser cedida al Estado español por su propietario Arthur von Guinner. 
Una curiosidad del edificio es el techo interior de madera de la Torre de las Damas que fue desmontado por su último propietario, apareciendo a principios de siglo en Berlín, siendo hoy una de las piezas destacadas en el Museo de Pérgamo (Pergamonmuseum) forma parte del complejo conocido como Isla de los Museos, que agrupa varios de los edificios más representativos de la ciudad de Berlín.

La Cúpula de la Torre de las Damas de la Alhambra
Esta pieza está realizada en estuco y en ella se encuentran lacerías planas que contrastan con relieves muy complejos, así como distintas inscripciones.


Vistas panorámicas desde las ventanas del palacio del Partal



Con el nombre de Casitas del Partal se conocen el grupo de casas a continuación del pórtico, construidas a mediados del siglo XIV.

Casitas del Partal
Las cuatro Casas del Partal son conocidas como casa de González Pareja, casa de Villoslada, Casa de los Balcones y casa de las Pinturas. 
En 1908 el arquitecto Modesto Cendolla descubre estas pinturas realizadas al temple sobre estuco, que se organizan en tres registros horizontales con escenas festivas, que te acercan de alguna manera a la vida cotidiana de la época.


Aunque deterioradas e incompletas, son las únicas de este tipo de la España musulmana. Representan escenas de cacería, animales fantásticos, hombres y mujeres con músicos y cantores y la llegada a un campamento de una expedición guerrera.
Todas las casas son independientes, tienen dos plantas y carecen de patio. Su principal atractivo es que guardan en su interior restos de adornos de yesería, pinturas y una hermosa armadura. Según algunos autores, constituyen el único ejemplo en el Conjunto Monumental de pintura nazarí, ya que las pinturas de la Sala de los Reyes en el Patio de los Leones fueron realizadas por pintores cristianos.

Los dos grandes leones de mármol, del siglo XIV, originarios del antiguo Maristán en el Albaicín, y que estuvieron frente a la galería, fueron trasladados para su restauración y conservación en el Museo de la Alhambra en 1995. Se habían situado en el Partal en la segunda mitad del siglo XIX, por lo que ni por conservación, cronología, funcionalidad ni contexto tenía sentido su presencia en el lugar. 



A la derecha del Partal existen varios edificios, el mas cercano es pequeño, de planta rectangular, por su decoración fue atribuido a la época de Yusuf I, se trata de un oratorio con su mihrab, debidamente orientado y, como es tradicional en la Alhambra, integrado en el paisaje montado sobre la muralla general del recinto como para favorecer la meditación del Sultán sobre la identidad de la naturaleza, la Creación y la oración.



El oratorio está formado por el pórtico, una sala cuadrada, y una escalera que da acceso a un mirador de construcción posterior, desde el que se puede contemplar el valle del Darro. 


Se encuentra adosado a la que fuera la casa de Astasio de Bracamonte, escudero del conde de Tendilla.


El Conde de Tendilla fue el primer Alcaide de la recién conquistada Alhambra de Granada (lo sería por casi veinticuatro años y sus sucesores fueron también Alcaides vitalicios con poder efectivo dos generaciones mas), y Capitán General de Granada. 
A los 52 años el Rey Fernando le nombró primer Alcaide pasandole las llaves de la fortaleza en la ceremonia de rendición, tras recibirlas de Boabdil el 2 de enero de 1492. 
La leyenda cuenta que Boabdil le regaló su anillo, que se perdió en Málaga en el Siglo XVII al morir allí el octavo Conde de Tendilla. 


Íñigo Lopez de Mendoza (Conde de Tendilla) se instaló en el Palacio de Yusuf III de la Alhambra, frente al palacio del Partal, palacio tan grande como el de la Torre de Comares y el Patio de los Arrayanes, con torre y estanque. Allí escribió la mayoría de sus cartas, que se conservan desde 1497. El Palacio fue destruido en el Siglo XVIII.

Los Jardines del Partal.


Cuando la Reina Isabel murió (le supervisó su primer enterramiento en Granada), sólo el futuro Duque de Alba en Castilla y él en Andalucía fueron fieles a Fernando en 1504 frente a todos los que apoyaban a Felipe I el Hermoso, premiándoselo Fernando al lograr la Regencia de Castilla. 


El Conde sujetó el primer levantamiento morisco (1500-1502): subiendo en persona al barrio moro del Albaizín, se instaló allí con su mujer Francisca e hijos pequeños como prueba de sus buenas intenciones y confianza en los moriscos. 
Luego mandaría las tropas contra los sublevados en la Alpujarra junto al Gran Capitán y el propio rey Fernando. 
Cuenta Lorenzo de Padilla que los moriscos estaban contentos con el Conde de Tendilla, que les protegía de la Inquisición, y que los del Albaicin se tornarían cristianos y harían todo lo que el Arzobispo de Granada (Fray Hernando de Talavera) y el Conde de Tendilla les dijeran con tal que se fuera de Granada el Arzobispo de Toledo (el Cardenal Cisneros, llegado a Granada en 1499). 


Íñigo López de Mendoza falleció en Granada en 1515. Fue enterrado en la capilla del convento de San Francisco de la Alhambra (hoy parador Nacional),​ donde también reposaban los restos de la reina Isabel, y donde un año después en 1516 reposarían los restos de su admirado rey, a la espera de ser trasladados a su enterramiento definitivo, la Capilla Real.       

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