La Alhambra desde El Generalife

La Alhambra desde El Generalife
La Alhambra desde El Generalife

20111103

Manuel Gómez-Moreno González

A finales de 1878 Manuel Gómez Moreno viaja a Italia pensionado por la Diputación de Granada con encargo de pintar, en dos años, un par de cuadros de historia.
La pintura lo ocupa de tal manera que abandona su dedicación historiográfica, y pinta la recreación de la Alhambra de fines del s. XV y el Hospital Real de Granada a mediados del s. XVI, con el pensamiento puesto en la arqueología y en la historia del arte granadinos.

Descubre con gran alegría el escudo de los Reyes Católicos en el templete de San Pietro in Montorio, en Roma.


Fue encargado por los Reyes Católicos para conmemorar la Toma de Granada en 1492, levantándose en el lugar donde según la tradición fue martirizado San Pedro. El templete de San Pietro in Montorio es obra del arquitecto Donato Bramante erigido hacia 1502 – 1510, en uno de los patios del convento franciscano homónimo, actual Academia de España en Roma.

           
                     Plaza de Bibarrambla en Corpus a finales del s. XIX

Sus familiares le envían el diario granadino La Lealtad que le mantiene al corriente del deterioro monumental de Granada, como el incendio de la casa de los Miradores en la plaza de Bibarrambla y del importante archivo histórico que albergaba. Ya que era el Ayuntamiento de la ciudad.
Escribe así: No os podéis figurar lo que he sentido este suceso pues ha destruido uno de los edificios que mas me gustaban y el único civil que conocíamos de Diego de Siloé, además de la perdida de tantísimo documento de interés artístico que allí se encerraba. Este incendio ya se temía viendo las tiendas y la disposición en las que estaban debajo del edificio, y el poco sentido común en depositar allí el Archivo General cuyas perdidas van a ser de extraordinarias consecuencias.
En Roma recibe lecciones de arte antiguo y con la ayuda de una guía ilustrada con magníficos planos de la ciudad  observa el continuo enriquecimiento de los museos de la ciudad del Tíber y el respeto a los monumentos de la antigua Roma, en cuyas exploraciones contemporáneas comprueba que no se desprecia ninguna ruina, ningún fragmento por insignificante que fuese, eran conservados aun en medio de las calles y plazas, no pudiendo evitar la comparación con el trato que recibían los monumentos en su ciudad natal.

Fragmento del libro  Manuel Gómez-Moreno González.
Obra Dispersa e Inédita de Javier Moya Morales.

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