Cuando Mohamed V sucedió a su padre Yusuf I, no se limitó a terminar las reformas que éste había comenzado, sino que comenzó a construir lo que sería su gran obra, el magnífico legado que nos dejó en la Alhambra: el Palacio de los Leones. Este palacio constituía las estancias privadas de la familia real, y se construyó en el ángulo que forman los Baños y el Patio de los Arrayanes.
El palacio está compuesto por un patio central rodeado de galerías de columnas a modo de claustro cristiano, que permite el acceso a distintas salas: al oeste la de los Mocárabes, al este la de los Reyes, al norte la de Dos Hermanas, Ajimeces y Mirador de Daraxa y al sur la de los Abencerrajes y el Harén. De cada sala fluyen 4 arroyos que van al centro, se dice que son los 4 ríos del paraíso.
Aquí el arte nazarí alcanza su máximo esplendor, te atrapa con su belleza, sensibilidad y armonía incomparables, donde la luz, el agua, el colorido, la decoración exquisita, lo convierten en un maravilloso placer para los sentidos.
Las planchas grises de plomo son amortiguadores para los terremotos.
Los dos templetes que avanzan a los dos lados opuestos del patio son como un recuerdo de la tienda de campaña de los beduinos. Son de planta cuadrada, decorados con cúpulas de madera que se apoyan en pechinas de mocárabes. El alero es obra del siglo XIX. Toda la galería está techada con artesonado de lacería.
Este palacio simboliza como ninguno ese aspecto seductor, intimista, ese retiro que siempre se busca para el agasajo, sobre todo a los muy privados y para el solaz del propio monarca. Desde el punto de vista arquitectónico es una adaptación inteligente de la villa urbana.
Aquí en La Alhambra, en muy contadas excepciones, es cierto, tenemos algunas representaciones figurativas muy bellas. El Corán nunca hace una prohibición expresa de esta cuestión”, puntualizan varios historiadores. “Es una interpretación que hacen las distintas escuelas: en función de su fundamentalismo pueden ser más proclives o no.”
Otra de las curiosidades del Patio de los Leones de La Alhambra es que “no hay dos leones iguales aunque tengan el mismo esquema. Eso puede indicar que cada uno tendría una función diferente, una interpretación que no hemos sabido todavía descubrir o bien que cada uno fuera tallado por un artesano diferente” explica Jesús Bermúdez, historiador, arabista, arqueólogo y asesor técnico de La Alhambra.
Se conserva por el poeta Ibn Gabirol (S.XI) una descripción casi exacta de dicha fuente. Representan las 12 tribus de Israel. Dos de ellos tienen un triángulo en la frente indicando las dos tribus elegidas: Judá y Leví. Son del siglo XI.
Los últimos estudios dicen que los leones proceden de la casa del visir judío Yusuf Ibn Nagrela (1066). No se sabe si se construyó antes de su muerte, se le acusó ya en la época de querer realizar un palacio más grandioso que el del mismo rey.
Incluso hay una tendencia en la decoración, el alhambresco, que hasta la propia Torre Eiffel tiene ecos del mismo. Muchos expertos señalan que otro de los edificios en los que ha influido el diseño de La Alhambra es la famosa Sinagoga Española de Praga y que por eso recibe ese nombre.
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Colocación de la fuente y los leones después de su restauración y limpieza |
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