La Alhambra desde El Generalife

La Alhambra desde El Generalife
La Alhambra desde El Generalife

20180513

ALHAMBRA - Patio del Cuarto Dorado

Palacio de Comares
El Patio del Mexuar es una estancia abierta con una fuente en el centro y con dos fachadas enfrentadas: una con tres arcos que pertenece al Palacio del Mexuar y da acceso al Cuarto Dorado, y otra que es la de Comares y da acceso al palacio del mismo nombre. Su pavimento es de mármol blanco de Macael.

Cuarto Dorado

Denominado así por el repintado mudéjar de su artesonado, a su entrada encontramos un pórtico de tres arcos sobre columnas, con capiteles de mármol del siglo XII. A la izquierda, un pequeño arco comunica con el Mexuar, al fondo, existe otro arco decorado con mocárabes, celosías y flanqueado por dos mas pequeños, que enlaza con una pequeña habitación, cubierta con alfarje de lazo, pinturas góticas, y el escudo de los Reyes Católicos y sus emblemas. En la pared frontal de la sala, encontramos un balcón dividido por una columna con capitel cristiano bajo un friso de mocárabes. El capitel está decorado con los mismos emblemas reales.


Este patio sirve de unión entre ambos palacios. Durante la época cristiana, presentó unas galerías de madera, para comunicar las habitaciones altas, que se conservaron hasta el siglo XIX. La pila que ocupa el centro del patio en la actualidad es una copia exacta (de 1943) de la fuente original, que se encuentra en los Jardines de Daraxa


Frente al pórtico del Cuarto Dorado se levanta la fachada más importante del palacio: la imponente fachada de Comares, erigida por Muhamed V para conmemorar la toma de Algeciras en 1369. 
En esta fachada encontramos dos puertas adinteladas iguales, alicatado sobre zócalo de cerámica, y decoración de yesería. Encima tenemos dos ventanas gemelas con arcos peraltados de festón y otra más pequeña en medio, rodeada de inscripciones del Corán. Todo el muro está decorado con bellísimos adornos y numerosas inscripciones, que rezan el lema «Sólo Dios es vencedor». En el friso de madera labrada podemos leer uno de los poemas que Ibn Zamrak dejó tatuados en el palacio nazarí.


En este patio recibía el sultán a los súbditos que lograban conseguir una audiencia especial. Estos se situaban en la sala del Cuarto Dorado, separados del sultán por la guardia que formaba un cordón de seguridad delante del pórtico. En la parte central de la fachada, entre las dos puertas, el sultán se sentaba en una jamuga bajo el gran alero que era su dosel a modo de corona, como dice la inscripción, alero que es una de las obras cumbres de la carpintería nazarí. 


Sobre una grada con tres peldaños de mármol blanco, y su decoración de atauriques, en orden creciente de abajo a arriba, quedaba preparado el efecto teatral que se perseguía ante la llegada del monarca: por encima de las cabezas de los soldados podía hablarse al sultán y hacer las peticiones oportunas. Mientras las mujeres observaban discretamente toda la ceremonia detrás de las celosías de las ventanas de los pisos superiores.
La planta superior de la sala, también modificada, albergó a la Emperatriz Isabel de Portugal el verano de 1526, y después a los Gobernadores y Alcaides de la Alhambra.


La puerta de la izquierda de esta fachada nos lleva a una sala decorada con yeserías con friso de mocárabes y techo de lazo pintado en la época de los Reyes Católicos, con una inscripción que hace referencia a la toma de Granada.



Saliendo por esta pequeña sala, poco iluminada, nos deslumbra en todo su esplendor, el Patio de los Arrayanes!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario