La Alhambra desde El Generalife

La Alhambra desde El Generalife
La Alhambra desde El Generalife

20180331

ALHAMBRA El Generalife en primavera


El Generalife en su origen tenia varios accesos, quedando testimonio de al menos tres de ellos. El más directo comunicaba la Almunia del Generalife con la Alhambra, a través de las huertas y la Puerta del Arrabal. 
Otro acceso era la entrada por el portón, donde vivían los huertanos, que aún se conserva junto al Pabellón de Entrada. Y el tercero, por el Postigo de los Carneros, en la zona más alta de la finca. Sin embargo, hoy se accede al itinerario oficial entre una serie de paseos de cipreses, trazados con motivo de la visita de Isabel II en 1862, las huertas situadas al sur del palacio, entre el camino de los Cipreses y el paseo de los Nogales, se comenzaron a transformar en jardines hacia 1930.


Estas huertas están delimitadas por gruesos muros de contención, algunos de los cuales pueden verse todavía. Sus nombres castellanos, conservados y transmitidos desde muy antiguo son: “Colorada”, “Grande”, “Fuentepeña” y “Mercería”, los jardines altos del Generalife, antaño fueron paratas de la Huerta de la Mercería, cuyos límites actuales deben de coincidir de forma aproximada con los de época medieval. 
Una dehesa rodea la finca, en la cual se criaban caballos, animales de granja e incluso servían de coto de caza para el uso del sultán. La Almunia del Generalife era una hacienda ideal para la explotación agrícola, con un núcleo de edificación residencial y una vasta extensión de terreno de cultivo y pasto. 


El acceso se efectúa ahora por los denominados «Jardines Nuevos» y el «Paseo de los Cipreses», itinerario creado por Francisco Prieto Moreno, arquitecto conservador de la Alhambra, siendo discípulo de Torres Balbás.

Paseo de los Cipreses
Del significado de su nombre existen distintas interpretaciones: Jardín del Intendente, Jardín del Arquitecto (alarife), Huerta del Zambrero. 


Ocupa la pendiente del Cerro del Sol, separado de la Alhambra por el barranco de la cuesta de los Chinos, acceso de origen medieval a ambos recintos, desde la ciudad musulmana.

Cuesta de los Chinos

El Generalife era un lugar de recreo, un pequeño palacio para los reyes granadinos cuando querían "huir" de la vida oficial. Construido entre los siglos XII y XIV, es utilizado como lugar de descanso, con jardines ornamentales, huertos, patios y edificaciones que se integran en las cercanías de la Alhambra.

Los espacios confinados reproducen modelos de patios de la Granada nazarí. La sabia combinación de los referentes históricos y la tradición granadina (suelos empedrados, el uso del agua, los exuberantes macizos florales...) hacen de los Jardines Nuevos un lugar destacado, que muchos consideran ya inseparable de los palacios a los que anteceden.


El Patio del Ciprés de la Sultana, protagonista de misterios en la tradición granadina, y en el que la leyenda narrada por Ginés Pérez de Hita, sitúa los encuentros de la esposa de Boabdil con un caballero, miembro del clan de los Abencerrajes, pariente del sultán. 


El Ciprés de la Sultana a la derecha, responsable último del actual nombre del patio. 



La Planta Alta, es un sencillo mirador renacentista que ofrece unas vistas impresionantes de toda Granada, un lugar precioso. 
Para visitar esta planta tendremos que buscar la Bóveda de los Laureles, en el arranque de la Escalera del Agua, ahí se abre una puerta por donde se accede a esta galería superior.


Para la puesta en marcha del proyecto del Festival Internacional de Música y Danza, se extendieron los jardines del Generalife hacia el sur y se construyó en su extremo un amplio teatro al aire libre, inspirado en la disposición del clásico riad nazarí, obra del arquitecto conservador, Francisco Prieto Moreno. El teatro se inaugura en 1954, como sede principal de las representaciones de ballet del Festival.


Siguiendo el paseo entre arcos de cipréses, a la derecha puede observarse una vista parcial del Convento de San Francisco, edificado en el siglo XVI sobre un palacete musulmán, actualmente Parador Nacional de Turismo.


El parador tiene un interior de ensueño, acorde con la magia que destila cada rincón de la ciudad.

Pasar una noche en el recinto de La Alhambra, entre jardines y fuentes que evocan un pasado donde se mezcla lo árabe y lo cristiano, es la oportunidad exclusiva que te brinda el Parador de Granada, antiguo convento construido por decisión de los Reyes Católicos sobre un palacio nazarí del que aún se conservan restos como la Al Qubba y la Sala Nazarí.

Jardines alrededor del parador


De él se conserva entre otros restos, un bello mirador que sobresale del edificio, fácilmente identificable, en cuyo interior fueron preparadas las fosas sepulcrales de los Reyes Católicos, mientras se construía en la ciudad el Panteón de la Capilla Real, donde hoy reposan sus restos mortales.


A la izquierda, y a nivel inferior pueden identificarse los restos de varias casas nazaríes, sacadas a la luz en los años 30 del siglo XX por el arquitecto Leopoldo Torres Balbás.

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