El Palacio de los Condes de la Jarosa en la Calle Paz alberga hoy. La Escuela Internacional de Postgrado de la Universidad de
Granada.
Anteriormente
fue la sede de la Cámara de Comercio y Navegación, y al trasladarse esta
a sus nuevos locales, el edificio fue adquirido por la Universidad de Granada
en el año 2009, siendo objeto de una última y recién terminada reforma de
adaptación.
El Palacio tiene su origen a mediados del siglo XVIII, aunque las
primeras noticias documentales que se tienen sobre el inmueble se deben a una
reforma de la fachada encargada a Santiago Baglietto por Don Fernando Almansa y
Cañabate, VII Marqués de Cadimo, en 1860. En este momento, esta era una casa
señorial con alzado en dos plantas y que probablemente estaría coronada por un
torreón.
Tras ser la residencia de los Marqueses de Cadimo,
esta pasará a alojar a la familia de los Condes de la Jarosa al adquirirla en
1915 Don Rafael Fernández de Bobadilla y González de Aguilar, que encarga la
adaptación de la edificación al arquitecto Fernando Wilhelmi Manzano en el
mismo año de su compra.
Wilhelmi configuró una casa palaciega de tres plantas
que contaba con un patio principal, con patio secundario y jardín trasero,
adaptándose al anterior inmueble.
La planta sótano bajo el patio fue aljibe originariamente. La superficie construida es de 2.315 metros cuadrados, con una pequeña terraza de 33 desde la que se divisa el conjunto monumental de la Alhambra y el Generalife.
El programa decorativo corrió a cargo del artista Isidoro Marín Garés, que trabajó en colaboración con Wilhelmi en las reformas del edificio. Destacan los pavimentos cubiertos por mosaicos de teselas cerámicos que crean una rica y colorista ornamentación. Además, será fundamental la rejería, en la que se inserta un programa heráldico que resulta ser una constante en diferentes espacios del inmueble representando los escudos familiares del Conde y su esposa.
La fachada principal de la casa esta en la calle Buensuceso y la posterior de ladrillo visto, en la calle La Paz, tras ella se encuentra un jardín que discretamente se oculta tras la tapia.
En el interior el edificio sigue el esquema tradicional del zaguán patio con galerías y una escalera en recodo para conectar con las diferentes alturas, en las que se disponen las habitaciones públicas, derivadas de la actividad profesional de la familia, las privadas y las de servicio.
Los techos son otros de los elementos a destacar, estarán construidos en escayola, policromados para emular a la madera.
En la última reforma se han conservado los elementos de interés como: zaguán, patio, ámbito de escalera, salas nobles, fachada, columnas y zapatas, alfarjes de madera, artesonados de escayola, carpintería interior, pavimentos de mosaicos, alicatado sevillano, etc.