La Alhambra desde El Generalife

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La Alhambra desde El Generalife

20190228

MONASTERIO DE CARTUJA - Sancta Sanctórum - Sacristía



El Sagrario o Sancta Sanctórum fue obra del gran maestro del barroco andaluz Francisco Hurtado Izquierdo. (Lucena 1669-Priego de Cordoba 1725) Este es uno de los conjuntos barrocos más completos del arte español, en cuya decoración interior, de gran dinamismo, armonizan arquitectura, pintura y escultura.





Trazado de forma independiente a la iglesia, fue concebido como un camarín bajo, un lugar cerrado para acoger el Tabernáculo de mármoles y jaspes donde se alberga la Sagrada Forma, y en cuyos lados, aparecen las doradas esculturas de las Virtudes.


La cúpula que cubre este espacio la decoró con pintura al fresco, el artista cordobés Antonio Palomino (s. XVIII), representado -según descubre en su obra "Museo Pictórico"- el triunfo de la Iglesia Militante, de la Fe y de la vida religiosa.





En los intercolumnios que soportan los arcos donde apoya la cúpula, aparecen esculturas de de San José y San Bruno de José de Mora, la Magdalena (de P. Duque Cornejo) y San Juan Bautista (de J. Risueño). José de Mora es el miembro más destacado de este grupo de escultores granadinos. 
Alcanzó su fama principalmente por sus 'Dolorosas', por su Crucificado de la Misericordia (Iglesia de San José) y por esta de San Bruno. 


A ambos lados del Sagrario se encuentran dos capillas decoradas con retablos barrocos con obras de Duque Cornejo y Sánchez Cotán. La sacristía está situada a la izquierda del
presbiterio.

La Sacristía



La sacristía es uno de los elementos más espectaculares de La Cartuja.
Tiene planta rectangular dividida en cuatro tramos coronados con bóvedas. No se sabe con certeza quién fue su autor. 



El retablo que preside la sacristía se realizó en 1780 en mármol de Lanjarón y en él destacan las esculturas de San Bruno y La Inmaculada.



La cúpula fue decorada por Tomás Ferrer en 1735 y muestra al patrón, san Juan Bautista, y al fundador, san Bruno, junto a otras figuras destacadas.



Las obras se supone que corrieran a cargo de José Bada, sustituto de Hurtado en las obras del Sagrario de la catedral de Granada, también existe la posibilidad de que fuera el lego fray José Manuel Vázquez, autor de la cajonería, el que controlara la obra completa. Se sabe que en su ejecución participaron el cantero Luis de Arévalo y el tallista Luis Cabello, aunque ya en una fase avanzada de la obra, ejecutando enchapados en mármol yeserías. Algunos se la atribuyen a Francisco Hurtado.


La sacristía es el espacio donde el sacerdote se reviste de los ornamentos litúrgicos, las cajoneras son paraguardar en la disposición adecuada, las vestiduras, estos espacios singularmente alargados y anchos, permiten el despliegue de casullas, dalmáticas y albas, junto con una estructura robusta y firme que asegura la resistencia del mueble frente al gran peso de las vestiduras sagradas. Los espejos fueron realizados por Luis Cabello.



Las cajoneras son una obra maestra de taracea, del lego Manuel Vázquez.



Los primeros trabajos de taracea se cree que son de época sumeria (Mesopotania 3000 a.C.) Y de la dinastía Ming (1368-1644 en China). Se difundió por Asia Menor (actual Turquía) y más tarde los romanos la adoptaron cuando entraron en contacto con el mundo helenístico
Los árabes la introducen en España, y deriva de la palabra árabe Tar'sia, que significa incrustación.
Entre 1440 y 1550 la taracea alcanza su máxima expansión al amparo del gusto por el arte y el lujo de las nuevas clases adineradas. En la actualidad esta técnica, de forma artesanal, solo perdura en Granada y Damasco.



Hermosos cuadros adornan la sacristía, como el de un Crucificado del taller de Bocanegra, una Inmaculada de Sánchez Cotán, otros del lego fray Francisco Morales, seis con escenas de la Vida de Cristo y otros tres en el muro de entrada con las Santas cartujas Roselina y Margarita de Dios a ambos lados de la puerta y la Gloria de San Bruno entregando el Niño Jesús a santa Rosalina.
                                           


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