El extenso cortejo de la procesión es una mezcla de elementos civiles y
religiosos en un colorido desfile que es seguido por miles de personas en la
calle, a pesar de las altas temperaturas.
A las 10,15 ya salían de la Catedral las representaciones de las hermandades de gloria y de penitencia, según orden de antigüedad. Las precedía la banda de Cornetas y Tambores de Jesús Despojado, y le seguían las representaciones de las hermandades sacramentales, la Real Federación de Cofradías, clero parroquial, institutos religiosos masculinos y femeninos y precediendo al paso con la Custodia del Corpus Christi, el cabildo de la Abadía del Sacromonte, los capellanes de la Capilla Real y el Cabildo Metropolitano de la Catedral de Granada.
A las 10,15 ya salían de la Catedral las representaciones de las hermandades de gloria y de penitencia, según orden de antigüedad. Las precedía la banda de Cornetas y Tambores de Jesús Despojado, y le seguían las representaciones de las hermandades sacramentales, la Real Federación de Cofradías, clero parroquial, institutos religiosos masculinos y femeninos y precediendo al paso con la Custodia del Corpus Christi, el cabildo de la Abadía del Sacromonte, los capellanes de la Capilla Real y el Cabildo Metropolitano de la Catedral de Granada.
La sorpresa de este día la pusieron la Hermandad de los Mosqueteros del Santísimo de Béznar. Ataviados de forma singular.
Tradición que se remonta hacía 1566, cuando el Beneficiado
de Béznar marchaba a llevar el viático a un enfermo y fueron sorprendidos por
los monfíes que atacaron a la comitiva muriendo el sacristán y un labrador, y
resultando herido el propio Beneficiado y otros dos labradores, además se
llevaron prisionera a la doncella del labrador muerto y robaron el Santísimo
que portaban.
Ante lo sucedido, la indignada población cristiana de Béznar
quiso seguirles siendo persuadidos por
las autoridades. Entre la confusión
apareció D. Martín Alonso de Frías, alférez de los Tercios de Flandes quien
propuso crear una Hermandad de carácter semi-militar cuya principal misión era
recuperar el Santísimo que había sido robado. Para ello se dirigieron al
Capitán General de Granada el Marques de Mondéjar, D. Luis Hurtado de Mendonza
quien les concedió 25 mosquetes y arcabuces, armas blancas y munición.
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